Pues sí, aquí estamos de nuevo, a puntito de acabar otro año más. Doce meses enteritos que han pasado, como siempre, casi sin darnos cuenta.
Y como todo va tan rápido, no hay nada como pararse un rato para echar cuentas y ser conscientes de que, aunque a priori parece que no ha pasado nada, que fue casi ayer mismo cuando empezábamos el año con todas nuestras ilusiones puesta en él, en realidad, sí han pasado muchas cosas, algunas deseadas y otras no.
A nivel personal, intento realizar siempre este ejercicio de repaso, acerca de todo lo ocurrido en el año que se acaba, porque me ayuda a recordar todo lo vivido y me hace reflexionar sobre los aciertos y errores cometidos… Mi balance personal de 2018 ¡ya está hecho!
Pero… y con el Medio Ambiente ¿Qué? ¿Cómo han ido las cosas? ¿Han sido 365 días bien aprovechados o un año más que ha pasado sin pena ni gloria?