Sea cual sea el proceso que desarrolle tu empresa, fabriques lo que fabriques y tenga el tamaño que tenga, un aspecto que seguro se va a generar en ella y que vas a tener que gestionar, van a ser los Residuos.
Puede ser en mayor o menor cantidad, puede que sean peligrosos o no peligrosos, tal vez totalmente asimilables a los urbanos o que necesiten tratamiento especial… pero sea como fuere, los vas a tener y tendrás que gestionarlos adecuadamente, cumpliendo con la legislación vigente, lo que, supone en muchos casos, importantes costes a asumir.
Los residuos son uno de los principales impactos de la industria y su importancia viene dada, por su peligrosidad para el Medio Ambiente y para la salud de las personas, y por otro, por los grandes volúmenes de generación.
La legislación establece un orden de prioridades a seguir en su gestión que es: Prevención, Preparación para la reutilización, Reciclaje (incluido el compostaje), otro tipo de Valorización, y, por último, la Eliminación.
Así que, la primera medida que se debemos considerar siempre es, si es posible, generar menos residuos o aprovecharlos en otros procesos de fabricación.
Pero para aquellos residuos que no puedas evitar su generación, y que no puedan ser reutilizados en la fabricación, tu obligación legal es segregarlos correctamente y facilitar y priorizar su gestión a través de procesos de reciclaje y/u otro tipo de valorización.
Y aquí es donde la Recogida Selectiva se hace imprescindible para cumplir con estos mandatos legales. Pero, no creas que este tipo de recogida es sólo poner contenedores de colores y llenarlos de distintos tipos de residuos. Si quieres que realmente funcione, tendrás que tener en cuenta algunos aspectos clave que, además de dar sentido a los recursos invertidos para su implantación, te ahorrará costes en la gestión.